La ex concejal destacó la necesidad de profundizar la participación ciudadana, garantizar transparencia en el uso de los recursos y consolidar una planificación territorial que coloque a las comunidades en el centro del desarrollo urbano.
En el marco del Ciclo de Charlas Abiertas que acompaña el proceso de Reforma del Plan Director, la ex concejal Natalia Angulo destacó la necesidad de que las políticas públicas se diseñen “desde el territorio”, poniendo en el centro a las comunidades y a su modo de habitar la ciudad.
Angulo sostuvo que un Estado verdaderamente cercano debe pensar las transformaciones urbanas desde la vida cotidiana de las personas, atendiendo los espacios donde se relacionan, proyectan su futuro y construyen comunidad. En esa línea, afirmó que un desarrollo urbano sostenible sólo es posible si se apoya en la inclusión, la solidaridad y la igualdad.
Asimismo, subrayó que los gobiernos locales requieren territorios con mejores oportunidades, servicios de calidad y respuestas rápidas, y que para avanzar en esa dirección resulta fundamental priorizar el protagonismo popular, la participación ciudadana y la inclusión social. Por ello, remarcó la importancia de promover asambleas, talleres comunitarios y mesas de diálogo, ámbitos en los que vecinos y Estado puedan debatir, acordar prioridades y definir acciones para mejorar la calidad de vida.
En su intervención, Angulo también destacó la relevancia de garantizar una distribución responsable y transparente de los fondos públicos, recordando el rol que cumplió en su momento el Presupuesto Participativo como mecanismo de articulación entre decisiones comunitarias y políticas públicas. Según señaló, esta mirada permite abordar con mayor eficacia temas centrales como seguridad, infraestructura, servicios, transporte, educación, salud y cultura, siempre con una fuerte impronta territorial y en colaboración con organizaciones sociales.
Por otra parte, la dirigente del FAS resaltó que la elaboración de un plan base constituye una herramienta estratégica para ordenar intervenciones, fijar objetivos claros y asegurar continuidad a largo plazo, más allá de los cambios de gestión.
Finalmente, Angulo afirmó que una planificación sostenida, participativa y comprometida entre Estado y ciudadanía es clave para construir territorios más inclusivos, equitativos y humanos, donde cada persona pueda desarrollar su vida “con dignidad y oportunidades”.
