Con la llegada de los meses más fríos, la Municipalidad de Santo Tomé lanzó una campaña informativa para alertar a los vecinos sobre los riesgos del monóxido de carbono, un gas altamente tóxico que puede provocar graves consecuencias para la salud e incluso la muerte.
¿Qué es el monóxido de carbono?
El monóxido de carbono es un gas tóxico que se produce por la combustión incompleta de materiales que contienen carbono, como gas, leña, carbón, nafta o kerosene, en un ambiente con poca ventilación.
Este gas es especialmente peligroso porque no tiene olor, color ni sabor, y tampoco irrita los ojos ni la nariz, lo que dificulta que las personas perciban su presencia.
Entre los artefactos que pueden generar monóxido de carbono se encuentran calefones, termotanques, estufas, braseros, salamandras, cocinas, hornos a gas o leña y motores de combustión.
¿Cuáles son los síntomas de intoxicación?
Recomiendan sospechar intoxicación si se presentan algunos de los siguientes síntomas:
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Dolor de cabeza
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Mareos
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Somnolencia
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Debilidad
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Cansancio
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Náuseas o vómitos
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Pérdida del conocimiento y/o convulsiones
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Palpitaciones
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Dolor de pecho
¿Qué hacer ante la presencia de síntomas?
Si se sospecha de intoxicación por monóxido de carbono, es fundamental actuar de inmediato:
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Retirarse del ambiente contaminado y buscar un lugar donde se pueda respirar aire puro.
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Ventilar el ambiente abriendo puertas y ventanas y apagar los artefactos de combustión.
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Acudir de inmediato a un centro de salud u hospital más cercano, ya que los síntomas no deben ser ignorados.
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En caso de mayores dificultades, llamar al servicio de emergencias 107.
¿Cómo prevenir la intoxicación?
La Municipalidad de Santo Tomé también difundió una serie de recomendaciones clave para reducir el riesgo de intoxicación:
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Controlar que la llama de gas sea siempre azul.
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No permitir que los niños manipulen artefactos de combustión.
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Revisar y limpiar todos los artefactos de calefacción anualmente con un gasista matriculado.
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Si se percibe olor a gas, apagar el artefacto y llamar a un especialista.
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Mantener siempre una ventana abierta en ambientes cerrados.
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Limpiar hornallas para evitar obstrucciones que provoquen mala combustión.
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No dormir con estufas o braseros encendidos.
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No instalar calefones o estufas en baños u otros espacios sin ventilación.