27 octubre, 2025

Santa Fe cambió de humor: La Libertad Avanza dió el batacazo

Santa Fe dio la nota. En una elección marcada por la apatía y el desencanto, La Libertad Avanza se impuso con fuerza y dejó a Provincias Unidas fuera del podio político que el propio oficialismo creyó tener asegurado.

El espacio libertario, empujado por la ola mileísta, superó el 40% de los votos y sorprendió incluso en distritos donde el pullarismo había arrasado meses atrás. En segundo lugar quedó Fuerza Patria, y tercero, bastante más atrás, el frente que gobierna la provincia.

Fue un cachetazo político para el gobernador Maximiliano Pullaro y su armado, que venía de dominar la escena local tras las elecciones del 29 de junio. Esta vez, la boleta lo dejó expuesto: su marca no tracciona más allá de las fronteras santafesinas.

Del orden a la bronca

La elección confirmó lo que las encuestas insinuaban: la paciencia se agotó. El “orden” y la “gestión” —dos palabras que Pullaro repitió hasta el cansancio— no alcanzaron para retener un voto cada vez más desconfiado. En ese vacío, La Libertad Avanza aprovechó el ruido, más por descontento ajeno que por mérito propio.

La baja participación —apenas un 66 % del padrón— hizo el resto. Los libertarios movilizaron a su núcleo duro mientras buena parte del electorado tradicional se quedó en casa. Y el voto enojo, ese que no perdona, terminó de escribir la historia.

Santo Tomé, el reflejo

En el área metropolitana, los resultados repitieron la postal provincial. En Santo Tomé, el voto reflejó cansancio y desconfianza. La gestión del intendente Weiss Ackerley no logró trasladar el respaldo provincial a una narrativa propia que conectara con las demandas de la ciudad, y ese desajuste se tradujo en las urnas.

Por su parte, la UCR —con la exintendenta Daniela Qüesta participando en actividades de campaña junto a militantes— desarrolló una estrategia tardía y de bajo perfil territorial. La comunicación fue moderada, con presencia limitada y escasa visibilidad en los barrios.
El radicalismo no consiguió canalizar el descontento social ni ofrecer un mensaje nítido frente al clima de incertidumbre. Ese vacío fue aprovechado por La Libertad Avanza, que logró capitalizar el voto enojo mientras el oficialismo provincial buscaba explicaciones a un resultado que venía gestándose desde hace meses.

Fin de la calma

La derrota de Provincias Unidas no sólo deja heridas internas: abre un nuevo escenario. La provincia que Pullaro imaginaba alineada hoy muestra fisuras. Los intendentes y concejales toman nota. Nadie quiere pagar el costo político de un modelo que empieza a mostrar desgaste.

El batacazo libertario no fue un accidente. Fue un cambio de humor colectivo, una señal de que el voto santafesino sigue siendo autónomo, impredecible y sensible a los climas de época.

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